ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA LA INVESTIGACIÓN EN HISTORIA DE LAS MUJERES Y ESTUDIOS DE GÉNERO

Lily Sosa de Newton

Lily Sosa de Newton

(24 de octubre de 1920-14 de mayo de 2017)

 

Te recuerdo Lily

A Lily tuve la felicidad de conocerla a través de una gran dramaturga argentina Cristina Scofet, la conocí en su casa de Flores, en su balcón, con sus plantas, hablándome de todo a la vez.

Yo me había recibido hacía muy poco, promediaban los 90 y tuve muchos encuentros deliciosos, ella gordita y yo también. Dos insaciables de lectura, papelitos, chismes, pareceres, los temas con ella no tenían ni principio ni fin.

Yo la visitaba con mi hija Amanda que tenía 6 o 7 años, y siempre que se trataba de la casa de Lily me acompañaba sin rezongar. Lily, no sólo tenía libros y libros y más libros, en los muebles de la cocina, en aparadores, las bibliotecas y repisas que se habían agotado, sino que además tenía miles de platos y adornos de porcelana por toda la casa, mesas y espacio sobrante de anaqueles. Tenía tantos que no podía exhibirlos a todos juntos, entonces los sacaba por tandas y los iba cambiando. Mi hija Amanda jugaba y armaba historias maravillosas con esos adornos y juraba que cuando tuviera una casa seria como la de Lily, quien no solo te daba lecciones de historia, sino de vida, su generosidad y falta de resentimiento con todo, era admirable. Una mujer que no le permitieron la universidad porque su padre opinó que no era un lugar para mujeres, estudió normal pero antes de recibirse se casó con su marido de toda la vida, gran historiador, periodista y ensayista, 20 años mayor que ella y al cual quiso siempre.

Cuando su marido falleció después de una convalecencia prolongada, Lyli, por cuestiones económicas tuvo que seguir escribiendo y comenzó a trabajar en la editorial Plus Ultra, allí se desempeñó como directora de prensa y relaciones públicas. Sin embargo, cobraba menos que lo que le pagaban al señor que se ocupaba del depósito de libros. Ella siempre supo, porque lo sufrió en carne propia, el problema de la brecha salarial en el trabajo de las mujeres.

Su marido, Jorge, fue un gran compañero de vida que contribuyó a su formación como intelectual y propició su acercamiento a la Historia de las Mujeres, motivo por el cual ella firma todos sus escritos con el apellido de él, como gesto de reconocimiento.

Entusiasmada con el éxito que había tenido con su libro de Las argentinas de ayer a hoy, encaró una obra más exigente, que fue el Diccionario Biográfico de Mujeres. Y como nunca le temió a nada, sobre la base del fichero de nombres, que armó durante toda su vida, comenzó a redactar biografías de todos los personajes femeninos más sobresalientes, de todos los ámbitos.

Ganó el primer premio en el concurso de EUDEBA para la Colección “Genio y Figura” con su libro sobre Hilario Ascasubi, publicado en 1980, y Mención de Honor Premio “Ricardo Rojas” de la Municipalidad de Buenos Aires. Publicó en 1995 Narradoras argentinas (1852-1932) y en 1999 Las protagonistas, colección de biografías breves de personajes internacionales. En 2007 escribió Las argentinas y su historia, un ensayo interesante y participó en numerosos congresos y reuniones sobre historia y problemática femenina.

Lily me decía que ella nunca se pensaba como una historiadora – que lo era – si no como una gran juntadora de papelitos, así se definía. Después de Guinzburg, hablaríamos del paradigma inicial. Lily sin conocerlo fue la gran descubridora de mujeres, con sus diccionarios, su intuición nos dejó los nombres de arcanas activistas, esposas , madres, sencillamente mujeres que en diferentes momentos de nuestra historia, escribieron, lucharon y dieron su vida por lo que muchas veces llamamos “ patria” sin saber bien qué es. Y estoy convencida que de no ser por Lily hubiéramos perdido a muchas de ellas.

Hoy como historiadora y política quise recordar a Lily humana, sencilla, generosa, divertida, que tuve la suerte y alegría de conocer en un momento de su vida y que me enseñó mucho en un exceso de pasión y locura por cosas tan sabrosas y sencillas como el chocolate, las mujeres y la Historia.

Es más, hoy , sé que no son incompatibles, que los artículos saben mejor cuando uno comió algo rico, porque la Historia es pasión o no es nada.

 

Fernanda Gil Lozano

Historiadora – UBA.